Salvar a la Sirena, por Juan Carlos Capurro
Tratando de encontrar
La mía
Egoísta del miedo
Pude ver su pureza
Asolada en el mundo
Castigada
Guardada en una muestra de motores
De engranajes
De viejas construcciones
De abuelas
De mentiras
Ella
Ya no puede ver se
No sonríe
Ni canta
Trabaja, sí
Mordiendo se
La lengua
En el rincón
Donde quedó atrapada
La aplauden por ser otra
No la quieren
Como es:
Borracha
Drogadicta
Peleadora
Frotando se
De noche
En dulce polvo colombiano
No la quieren
Absolutamente no
la
Quieren
Así como se deshizo
Sola
Quieren
Que
Sea
La otra
Aquella
Que
Pacientes
Hicieron
Pedazos
Lentamente
Diciendo:
Tu eres la niña
De todos
Nuestros ojos
Mordidos por la rabia
De no poder
Comunicarnos
Preguntamos
Podríamos ayudarla.
Lo tratamos.
Seriamos capaces
De ser
El príncipe del beso.
En esa Monarquía
Constitucional
Monaguilla
¿Podríamos?
Apenas somos hombres
Un poco torpes
Generalmente estúpidos
Profundamente, ahora, confundidos
Los pocos que pensamos
Por otra parte
Ella no quiere
No puede
Contradecir ese mandato
Que viene
De la casa más vieja
De la infancia
Pero da la batalla
Nosotros
Solo sabemos
Que atados en el mástil
Somos cómplices.
Juan Carlos Capurro
Hermoso
ResponderEliminarTremendo poema
ResponderEliminarHermoso, como todo lo tuyo, Gracias
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