Roberto Cortés, el barroco del conurbano, por Estrella del Oriente
Ph Distrito Arte
Docente durante más de 35 años, Roberto Cortés es hoy el
exponente de una pintura particular: el conurbano sur. Sumamente productivo,
todos los días pinta desde muy temprano en la mañana. Junto a Marita Sario (joyera
contemporánea, a quien dedicaremos una próxima nota) forman un binomio
artístico potente que ha construido su fortaleza en Llavallol.
La zona sur es el paisaje que adorna los personajes de sus
cuadros. Curioso, inquieto y emprendedor, Roberto Cortés nos muestra las
estaciones de trenes, las plazas de su barrio, las calles del conurbano como el
paisaje sobre el cual ruedan sus personajes, desde una santificada Moria Casan
hasta una monja imborrable.
“Para mis pinturas uso muchos personajes del cine nacional,
porque me encanta el mundo del espectáculo. El cine y el ballet, todo. Uno de
mis hijos es director de cine. En el cuadro “Descenso a la Salamanca ”, que realicé
antes de enterarme de la enfermedad, yo estoy pintado en la hoguera. Si te
muestro mis estudios, podes ver que la imagen es tal cual el fondo del cuadro. La Salamanca , como me dijo
un amigo, son los intestinos de la tierra. Sin embargo la simbología que quise
darle tiene que ver con los juicios a la junta militar, con los desaparecidos, es
una monja que prende fuego la hoguera. Yo hice la primaria y el jardín de
infantes en una escuela de monjas, con un detalle anecdótico dramático. El
primer día del jardín de infantes como lloraba mucho una monja me llevó al baño
y me hizo “submarino” (N: meter la cabeza
en un balde con agua). Y dejé de llorar. Entonces, aparece en muchos
cuadros míos la monja con el balde. Tengo todavía la imagen de la monja
llevándome por los pasillos del convento que son de tipo renacentistas, con ese
jardín interno, y los pasillos con galerías. Y la monja me llevaba de la
manito. Nunca más lloré, pero nunca le tomé el gusto a la escuela.”
De una enfermedad habla Roberto Cortés.Está bajo tratamiento médico y nos confiesa que su cuerpo en
progresiva curación fue apareciendo -sin que se lo propusiese- en las imágenes
de su obra. El inconsciente también aquí se le
reveló - dice- en toda su fuerza positiva. Esa será una de las
primeras cosas que le cuente a Juan Carlos Capurro y a María Negro cuando
comience la entrevista. El tratamiento, el miedo, el cuerpo adelantado a la
medicina que pinta el alma intestinamente. No se deja engañar. No le tiembla el
trazo.
Al contrario, su obra se convierte aún más productiva si eso
era posible. El pintor pinta apasionadamente reflejando su espacio, su cuerpo,
sus dudas, sus esperanzas.
“El dibujo que estoy realizando ahora lo hice en dos días.
Un autoretrato múltiple, una exacerbación de mi presencia en la obra. Un exceso
de mi presencia. Se va a llamar ‘Egoísmo suicidado’.
Lo dibujo en poco tiempo, pero cuando empiezo a dibujar ya
tengo la idea exacta en mi cabeza. Detalle por detalle. Y me documento, voy
buscando las imágenes que ya tengo en mi cabeza. Son el soporte de lo que ya
tengo en mi imaginación. A veces son imágenes de revistas o diarios, a veces
son fotos propias, algo que use para el autoretrato múltiple, donde me saque
fotos desde varios ángulos. Este dibujo en particular va ser uno de los cuadros centrales de la
muestra, va a llevar arriba de él un cartel de neón con la frase “Viva la
vida”, por lo que está diseñado para que acompañe la forma.”
“Viva la vida” es el proyecto expositivo que acaba de ganar
el primer premio en la convocatoria del Centro Cultural Recoleta para formar
parte de su programa 2018, donde en las principales salas expondrá más de 40
obras y dos instalaciones.
No es el único premio que ha recibido en estos meses. Este 9
de junio comienza la muestra “Ficción Barroca” en el Museo de Arte
Contemporáneo de Lanús, donde también Cortés se llevó el primer premio.
“Mi mamá pintó hasta que se casó. Ella vive, aún me queda un
cuadro de ella. Y lo tengo representado en otro cuadro mío. Desde chico yo no
hacía otra cosa que dibujar y trabajar con plastilina. Tengo títeres y
marionetas, que voy a exponer en una de las instalaciones del Recoleta, con
maniquíes y mesas intervenidas.
Yo era el nene que estaba todo el día dibujando. Con mis
amigos del barrio nos reuníamos en la esquina, una barra maravillosa con la que
nos seguimos viendo, y mientras ellos jugaban a la pelota yo juntaba material
para hacer collages. Mi mamá trabajaba lo artesanal, tejía. A ella le pareció
natural que a mi me interesara la pintura, nunca fue un problema. A los 17 años
ya entré en Bellas Artes. Hice 11 años corridos y mientras tanto, como no tenía
ayuda económica y era de una familia humilde, laburaba. Trabajé dos años como
cadete y a los 20 años comencé a trabajar como bibliotecario en una escuela
secundaria, dos años después ya era profesor en esa misma escuela, y ejercí
hasta que me jubilé a los 55.
Siempre pinté, soy feliz haciéndolo. Me despierto a las 8 de
la mañana y empiezo a pintar. Pinto todo el día, todos los días. Paro para
comer, voy a cerámica dos veces por semana.”
Sus cuadros son de dimensiones considerables, algo poco
común en esta época. Pero Cortés defiende esos tamaños, sus universos precisan
espacio para ser comprendidos.
“Cuando comienzo a pintar ya sé si el cuadro va a ser
grande, me siento más a gusto en ese tamaño por lo que los planifico así.
Cuando quiero volcar lo que tengo en mi cerebro, no es tan fácil, debo hacer un
boceto y armar una composición para poder armar el cuadro. Los lineamientos,
las líneas fundamentales de la composición aparecen en el boceto.”
Alfredo Alcón, Tita Merello, Eva Perón, su mujer, sus hijos,
su tía, la monja con el balde; los personajes de Roberto Cortés nos observan
desde las llamas de La
Salamanca o desde la
Plaza de Mayo. Desde la estación de Llavallol o desde los
patios de la Cárcova ,
un detalle dramático y tenso en el total de colores y personajes. Nos convocan
a descifrar un conjunto sideral de pequeños y grandes guiños para el observador
inquieto. Tan inquieto como el artista que defiende la vida a puño y pincelada.
Viva la vida, maestro.
Así sea.
Inauguración “Ficción Barroca”
9 de junio – 18 hs
MACSUR
25 de mayo 131 - Lanús
esta pintura me gusta mucho,refleja el lugar con detalles minuciosos
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