Ascensión, por Vladimir Mayakovski





























Obra de Facundo Maldonado


Yo soy poeta. 
Enseñad a los niños que el sol se levanta 
/detrás de los pilares del Este.
En el tálamo de amor aparece la cabeza 
/querida con sus pocos pelitos.
Lancé a lo alto una flecha de desafío. 
¡Quítate esa sonrisa! 
Mi corazón busca el balazo, y la garganta 
/delira con una navaja.
Es la pesadilla deshilvanada del demonio, 
en la que crece mi angustia. 
Me persigue, 
me atrae con su abismo el agua del mar. 
Me arrojaría también desde cualquier techo. 
Las nieves me rodean. 
Las nieves me cubren, 
crecen, hacen espuma, caen, 
de nuevo en el hielo cae una esmeralda 
/escarchada.
Tiembla mi alma. 
Entre los hielos está ella aprisionada, 
y no puede salir. 
Así embrujado, 
iré caminando por las orillas del Neva. 
Doy un paso, 
y nuevamente estoy en el mismo lugar. 
Corro, 
pero es en vano. 
De pronto me encontré ante un edificio. 
Se alzó detrás de las ventanas de hielo, 
en un amanecer redondo. 
Allá voy. 
Maulló un gato. 
Arde la luz nocturna, 
de la farmacia de turno. 
Toco el timbre. 
¡Boticario! 
¡Boticario! 
Esperé colgado de mis propios hombros. 
Crecieron,se turbaron mis pensamientos, 
crecieron enredados, 
como cuernos de ciervos. 
Manché el piso de llanto. 
Me hinqué de rodillas, 
llorando mi paraíso perdido. 
¡Boticario! 
¡Boticario! 
¡Boticario! 
¡Déme de beber algo! 
Cómo puedo hacer, 
para beberme hasta el fin la angustia del 
/corazón.
¡Habrá en el cielo virgen, infinito, 
o en el Sahara delirante, 
o en un desierto enloquecido, 
habrá un asilo para celosos? 
Detrás de los frascos y las probetas, 
hay tantos secretos. 
Tú conoces la más alta justicia. 
¡Boticario! 
Ayúdame para que sin dolor, 
emigre mi alma al cielo.
Me extiende un frasco, 
veo un cráneo. 
"Veneno" 
debajo dos huesos cruzados. 
¿A quién se lo da? 
Si yo soy inmortal, 
tu huésped es extraordinario. 
Los ojos ya no ven. 
Estoy mudo, 
cierro la puerta detrás de él, 
y bien, 
¿qué hacer ahora? 
¡No faltaba más, 
con un veneno perecer intoxicado! 
Una turbia suposición 
cruzó la mente del tonto boticario. 
En las ventanas, los curiosos. 
Se oyen voces. 
Y de pronto, 
asciendo a los aires, 
pasando los mostradores. 
El techo se abre solo, sin dificultad. 
Chillidos. 
Ruido.
¡Sobre la casa hay uno colgado! 
Ya estoy sobre la casa. ¡Paso! 
Veo la iglesia al atardecer, 
la cruz iluminada. ¡Paso! 
La cima de los árboles y el bosque. 
Graznan los cuervos. ¡Paso! 
¡Estudiantes! 
Todo lo que aprendimos es un cuento. 
Y también todo lo que enseñamos. 
La Física, la Química y la Astronomía son un 
/cuento.
Si se me antoja volar, 
vuelo por las nubes. 
Y voy a todas partes, 
y puedo estar donde quiero, 
asombrando la rutina de todas las baladas 
/poéticas.
Cantad ahora al nuevo demonio con alas, 
de abrigo americano, 
y brillo en sus zapatos amarillos.

V. Mayakovsky

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