Deleuze: El cine por las ramas.

Deleuze improvisa aquí una mirada sobre el cine, ante cineastas. Nos cuenta su manera de ver, lenta, plena de resonancias. Eleva al cine a un lugar que siempre hemos intuido, sin poder definirlo. 
Un lugar donde puede estar todo, entendiendo por "todo" lo que Novalis decía: "Nunca comprenderemos algo completamente, pero siempre haremos mas que lo que comprendemos". 
Para nosotros, los que hacemos y vivimos en la Estrella del Oriente, hacer es una forma de soñar, es decir, de transformar el mundo, mediante la acción. Algo que Deleuze deletrea, paso a paso, en esta conferencia luminosa. 
No es que Deleuze diga para siempre y de manera definitiva: sugiere, abre algunas ventanas y puertas. De eso se trata, también para nosotros, la Vida. La certeza es un árbol de infinitas ramas, inabarcables. Un árbol al que seguimos trepando, incesantemente, creyendo estar cerca, siempre. 
Hasta percibir que, más arriba, hay otras, muchas ramas. Eso es el cine y, en definitiva, eso es el arte. Posiblemente, eso sea -también- cambiar la realidad, trepados tenazmente  en alguna de las ramas del Árbol.  



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