Encaje español, la inquisición femicida, por María Negro

-























Dos mujeres esclavas, negras, San Miguel de Tucumán, 1703.

Una de ellas está acusada de hechicería. La otra, ladrona de su ama, mujer de un terrateniente.

Encaje español, la obra de Eugenia Cabral dirigida por Julio Cortés, es la puesta en escena de la persecución de la colonia y la inquisición sobre la comunidad afro esclavizada.
Inés, una esclava africana que apenas habla español, es acusada por Francisco de Luna y Cárdenas de haber hechizado a su esposa, gravemente enferma, y esta acusación es respaldada por un informe médico y científico.
Margarita Miranda ha robado la mantilla de su ama. Pero no la más bella, sino la más significativa, la mantilla con la cual su ama llama a su amante. La mantilla de la hipocresía.

Violencia, persecución religiosa, torturas. El virreinato del Perú asesina de una forma aberrante a la Negra Inés, amparado en leyes inquisitorias, tan perversas como ridículas.

Hace 300 años, una mujer fue quemada en la hoguera. Eugenia Cabral dispone poesía en los diálogos que se dan con velocidad. Fabián Kobrin interpreta un juez caricaturesco con un detalle importante, los textos que leerá en la obra han sido extraídos de los archivos de la causa, un documento histórico. Matías Alarcon, interpreta dos papeles fundamentales en la conexión de esa despiadada responsabilidad de la inquisición sobre sus víctimas. El sargento y el verdugo, con la maravillosa capacidad de desconectar un juego del otro, recorre la similitud sin caer en la semejanza.
Florencia Rodriguez, la Negra Inés, y Alejandra Barrios que interpreta a Margarita Miranda logran con sus voces y sus cuerpos una impecable danza de dolor y denuncia.. Construyen un vínculo entrañable desde la desesperación. La palabra toma el poder que merece y escupe fuego tres siglos después. Nada, nada ha escapado a sus miradas y lo gritan.
La Negra Inés, grita.
Como siguen gritando miles de mujeres.
Nos siguen prendiendo fuego en el más literal de los sentidos.

Nuestro deber con la historia es reescribirla.



María Negro


Todos los viernes de abril y mayo a las 23hs puntual.
Espacio Cultural Urbano – Acevedo 460, Villa Crespo.

Asesoramiento escenográfico: Bea Blackhal
Asesoramiento de vestuario: Alicia Porcel de Peralta
Dirección: Julio Cortés

Texto: Eugenia Cabral

Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Esa belleza, por John Berger

-
Imagen
El deseo sexual, si es recíproco, origina un complot de dos personas que hacen frente al resto de los complots que hay en el mundo. Es una conspiración de dos. El plan es ofrecer al otro un respiro ante el dolor del mundo. No la felicidad sino un descanso físico ante la enorme responsabilidad de los cuerpos hacia el dolor. En todo deseo hay tanta compasión como apetito. Sea cual sea la proporción, las dos cosas se ensartan juntas. El deseo es inconcebible sin una herida. Si hubiera alguien sin heridas en este mundo, viviría sin deseo. El cuerpo humano realiza proezas, posee gracia, picardía, dignidad y otras muchas capacidades, pero también resulta intrínsecamente trágico como no lo es ningún cuerpo de animal (ningún animal está desnudo). El deseo anhela proteger al cuerpo amado de la tragedia que encarna y, lo que es más, se cree capaz. La conspiración consiste en crear juntos un espacio, un lugar de exención, necesariamente temporal, de la herida incurable de la que es d...
Leer más

La marca de fuego de las mujeres dadaístas.

-
Imagen
El dadaísmo es el paso gigantesco y necesario para llegar al surrealismo. Ocupa el lugar de Feuerbach en el camino de Damasco del materialismo histórico. Sin Dada no hubiese habido surrealismo. Pero este es un escalón superior en cuanto a la maduración del arte y de la vida. La más alta lograda hasta hoy, sin haber sido superada. La clave de este desarrollo es que el dadaísmo fue, en su momento, la negación más radical de la hipocresía burguesa, mientras el surrealismo resulto su culminación plena, porque - a diferencia de Dada, que género el grito contestatario-  los surrealistas ahondaron ese grito liberador , dándole substancia, al agregar los descubrimientos de Freud, la poesía de Rimbaud y Lautreamont, y las tesis sobre Feuerbach de Marx: no se trata de interpretar el mundo sino de cambiarlo; y al mismo tiempo, como quería Rimbaud, cambiar la vida. El Surrealismo se puso así del lado de la revolución y el socialismo, superando en todos los planos a Dada. Pero sin Dada, como ...
Leer más

UN SOMBRERO DE ARROYOS

-
Imagen
El español y el castellano no se llevan muy bien. En el diario El País escriben en español. Es un idioma al que le cuesta asimilar el habla de otros pueblos, la fluidez de otras playas. El castellano, en cambio, es el idioma de Bolaños y Cortázar. El de Vargas Llosa y Vilas Mata. El de Vásquez Montalban. Por eso es que hemos dudado en publicar, así, este texto en español sobre la extraordinaria vida y obra del gran cronopio Eduardo Arroyo. Pero como resulta una buena enumeración de sus días y sus obras, lo estamos publicando. Teniendo en cuenta que el texto en español es tan entrañable como uno de sus pintados sombreros castellanos.  Eduardo Arroyo, amo y señor de todos los sombreros Supo muy pronto que los caminos del arte estaban empedrados de alardes dadaístas que muchas veces se quemaban como bengalas de colores Era ya entonces simplemente un joven inquieto e inconformista, a quien el tedio de aquella España de los años 50 del siglo pasado, más asfixiante incl...
Leer más