El crimen del color, por María Negro

Cuando decimos que un suceso es extraordinario queremos indicar que eso mismo no es lo que ocurre cotidianamente. Es decir, carece de naturalidad. No por no tener un arraigo en la naturaleza, sino porque está fuera de todo hecho por el que hemos perdido el asombro. Por eso mismo, la nominación de Yalitza Aparicio a los premios Oscar despertó el interés de todos los medios de comunicación. Mujer, mexicana, docente, de raíz mixteca y triqui, es decir, hija de dos originarios, Yalitza reúne todas las condiciones para que la mirada esté puesta sobre lo extraordinario de toda su persona caminando por las pasarelas de los premios en tiempos de muros. Hermosa. Con un vestido celeste (buena elección) le fue permitido compartir una noche con las estrellas. Las estrellas reales, las de cuentas bancarias inimaginables y mansiones, nadie diría que mal ganadas, pero así son las cosas. La docente de Oaxaca no tiene mansión. Tiene permiso para estar de paseo, como el momento extraordinar...