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Mostrando entradas de julio, 2018

Todos los pecados de Edipo, por María Negro

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“Feliz año nuevo”, la obra de Jorge Huertas es una versión bien argentina de “Edipo de Colono”. La tragedia de Sófocles se traslada con total libertad a la Plaza Once , en el centro porteño. Fuera de Grecia, Edipo –el gran vencedor de la esfinge- ha llegado vagando hasta la noche de Once. Antígona, sigue protegiéndolo aunque ambos saben que esa noche de año nuevo se cumplirá la profecía y Edipo morirá. Antígona, nuestra gran heroína, ahora pide monedas con su padre y yira despacito las calles de Once. Su vida siempre será cuidarlo de alguna forma. Si no hay amor, que no haya nada entonces. Creonte y Polínices vendrán a su encuentro en camioneta, desde la villa. Cada uno por su lado y a su tiempo, enfrentarán a Edipo en esta cíclica disputa. La traición cierne los tiempos. Los de la Grecia antigua y moderna. Los de Buenos Aires del siglo pasado y los de hoy. En la calurosa noche de un año nuevo, la recova de Once se convertirá en el escenario de una tragedia fractal: al

El problema de Electra, por Juan Carlos Capurro.

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El problema de Electra es que quería mantener vivos a los muertos. A su padre, asesinado por su madre. Un drama. Quería, además, pasar a la categoría  de muertos a algunos vivos (lo logró); más precisamente a su madre, y a su joven y estúpido amante, cómplice del crimen. Esquilo no se anduvo aquí con vueltas. A mí me pasa algo distinto. No deseo hacer pasar de una condición a otra a nadie*, pero los veo. Los veo en el subte o en el metro, según la ciudad en la que este viviendo. Los veo como Esquilo veía a Clitenmestra. Veo a los vivos que están muertos, sin ellos saberlo. No se trata de una metáfora. Desafío a los lectores. Hagan el siguiente ejercicio: mientras viajan, observen los rostros, los gestos, las poses, las actitudes. Numerosos viajeros están, o bien muertos, o en vías de perecer rápidamente. No es un problema físico, posiblemente, sino espiritual. Pero no por ello deja de ser un problema de orden material. Observen a los trabajadores. Agotados, dormidos, con

Toda esta sangre en el monte, un documental de Martín Céspedes

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Desde que el agronegocio hizo foco en el monte, los territorios rurales se tornaron un escenario minado de tensiones. Esta película es un viaje hacia el interior de la vida campesina para sentir los motivos de una muerte violenta, las alternativas de un juicio con suspenso, y la naturaleza de una fuerza vital que no se rinde. "Toda esta sangre en el monte" una película de Martín Céspedes, producida por MC Producciones y la participación del Mocase Vía Campesina SENSACIONAL ESTRENO - JULIO 19 de Julio - CINE RENZI - La Banda, Santiago del Estero 26 de Julio - Cine Gaumont - 19.45 hs - Caba 9 de Agosto - Cine Select - La Plata 9 de Agosto - Cine Español - Ciudad de Neuquén 16 de Agosto - Cine El Cairo - Rosario, Santa Fe 27 de Agosto - Cine America - Ciudad de Santa Fe

The Walking Conurban, por Diego Flores - Ariel S - Willy Galeano - Angel Lucarini

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Tierra de contrastes si las hay, el conurbano bonaerense parece emerger como subsuelo sublevado y brota a través del asfalto resquebrajado haciéndose de todo espacio que le quede libre. Desparejo, sin planificación, a veces atolondrado, más a fuerza de necesidad e ímpetu de supervivencia que de razonamiento urbanístico, el crecimiento del conurbano parece esquivar geometrías euclidianas y geografías de damero para tomar forma propia, quizá autopoiéticamente, para consituirse a sí mismo como un entorno de transición entre el proyecto de nación agro-exportadora y la urbe liberal, centro cosmopolita que se construyó mediante el usufructo de esa colonia de cabotaje que el interior del país fue para la élite oligárquica, a finales del siglo XIX. En ese movimiento esquivo el conurbano también queda al margen de la construcción de servicios básicos. Así, durante décadas y hasta el día de hoy, amplias zonas de la sub-metrópoli carecen de agua corriente, gas de red, alumbrado pú

El jardín de las pinturas que se bifurcan, por Juan Carlos Capurro

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Existe un entusiasmo por el arte. Un entusiasmo que no siempre logra transformar sus deseos en obra. El sábado pasado, el grupo Zafarrancho   tomó una casa a punto de ser demolida, que le fue otorgada por veinticuatro horas, para experimentar con sus paredes, pasillos y portones. Allí, nuestro amigo Facundo Maldonado, logró retomar su infancia y convertir uno de los cuartos de esa casa en un jardín de Córdoba. En él, la vegetación de su provincia natal, horada los ojos. Están los pequeños rincones donde Facundo guarda sus soldaditos, junto a las formas alucinadas de los hongos, los frutos y las semillas. Las paredes pintadas son una ilusión. No son paredes ni es pintura. Estamos en Córdoba, estamos en el jardín donde Facundo juega, estamos entre las plantas y las ramas. Es una obra al revés, en donde entramos en la naturaleza, en los recuerdos, en los pequeños detalles. No sabemos cómo llegamos, pero cuando logramos salir, es porque hemos atravesado el espejo.