Revista Estrella del Oriente

  El reconocido crítico de arte y ex director del Museo de Arte Moderno, Raúl Santana, falleció ayer en Buenos Aires. Santana recorrió   la mayor parte del arte contemporáneo argentino, desde sus comienzos en la crítica, en los años sesenta, hasta llegar a dirigir el MAM de Buenos Ares, así como el Palais de Glace. A él se debe la crítica de los mayores pintores del periodo, que fueron registrados en una obra fundamental, " Huellas del Ojo" , recorrido que da cuenta de la evolución de treinta años de trabajo incansable en la difusión y conocimiento de las nuevas camadas de la pintura argentina. La llegada por primera vez al país del grupo Cobra, de relevantes pintores europeos, es uno de los hitos de su gestión como director del MAM.   Santana no fue solo un difusor del arte de Buenos Aires, sino que supo rescatar a los artistas de todo el país, ponerlos en conocimiento del gran público, tanto en exposiciones individuales como colectivas. Comenzó su actividad más relev

Desde hace poco más de un mes, nuestro colectivo entró - sin habérselo propuesto- en trance. Por distintas vías, nunca forzadas, tuvo contacto con artistas fallecidos que tenían algo actual para comunicar. De una u otra manera, ellos encontraron en Estrella del Oriente un canal de expresión. La forma en que eso se logró es un misterio, principalmente para nosotros. Pero sucedió. En la última reunión de EDO, justo cuando ya estábamos por terminar, se produjo un debate inesperado. ¿Es legítimo mantener una serie de médiums como algo fijo? Lo que ha venido ocurriendo de manera fortuita, cuando alguno de nosotros o el conjunto, recibe en su percepción, algo que un artista fallecido dijo y pide ser comunicado por su actualidad, ¿puede ser sistemático? ¿debemos forzarlo para que lo sea? ¿Algo tan delicado como la capacidad de percibir debe ser banalizado, al punto de un forzamiento contrario al azar objetivo, a lo que todavía es desconocido en términos científicos? El debate fue útil en

    No estaba previsto. Sucedió en el momento en que Ana Aldaburu mencionó a Joseph Beuys. Estábamos hablando de las variantes del arte en la posguerra. Ella recordó cuando Beuys irrumpió, en 1965, en una galería de Dusseldorf, embadurnado su rostro de grasa y polvo de oro, con una liebre muerta entre sus manos. Se paseó ante el público, dijo Anita, durante tres horas, deteniéndose ante cada cuadro, dándole explicaciones de las obras a la liebre en el oído. Mientras Anita lo decía, comenzamos a sentir una extraña sensación, como si Beuys estuviese con nosotros, algo que nos ocurre habitualmente cuando entramos en este tipo de reflexiones. Y entonces, suavemente, esa presencia se corporizó, hablando en alemán, naturalmente. Estaba allí, en nuestra reunión habitual. Y Roth, sin perder el instante, le preguntó, en alemán, si todavía usaba grasa. Y él empezó a hablar, sin detenerse, sin importarle demasiado nuestra presencia, aunque todo indicaba que sabía a quienes se dirigía. Y e

  Estrella del Oriente destaca el éxito de Netflix. Está pleno de virtudes. No es necesario leer, pudiendo arrojarse a historias atrapantes, llenas de intriga, sobre asuntos nuevos, plenos de acción y reflexiones agudas, cuando no de sonrisas reparadoras. Eso es lo que ha logrado, con merito indudable, consolidar Netflix en la pandemia. Un vínculo social basado en la reflexión indirecta. La participación colectiva en un nuevo tipo de debate. Se recomiendan series, se ponderan argumentos, se escriben comentarios. Un vínculo que se está afianzando entre los distintos sectores de la sociedad. Nosotros, luego de analizarlo seriamente, nos proponemos hacer exactamente lo contrario que Netflix. Temerosos de quedar un poco homogeneizados, hemos resuelto volver a las fuentes. A la serie por capítulos. Como Eugenio Sue, como los Dumas, como Prospero Merimée con Carmen. De a poco. Lentamente. Leyendo. Sin saber lo que ocurrirá en el próximo capítulo, porque no podemos verlos todos de una

    La incesante aparición de nuevas maneras de referirse a las relaciones sexuales generó un debate en nuestra acostumbrada reunión semanal del Colectivo. Como no logramos llegar a una conclusión, nos preguntamos a quien podíamos consultar. Fue así como por unanimidad llegamos a un acuerdo: consultar al psicoanalista Jacques Lacan. Nos costó establecer la comunicación. Al tercer intento lo logramos. Y esto fue lo que nos dijo:      -Lacan, ¿usted cree que las cosas han cambiado actualmente en materia de relación sexual? (Pregunta del colectivo) "Es una lástima que haya que tomarse tanto trabajo para cosas que resultan evidentes. La dimensión en la cual el ser hablante se distingue del animal es ciertamente que hay en él ese hiato en donde se perdería, por donde le estaría permitido operar sobre el o los cuerpos, sea el suyo o el de sus semejantes, o el de los animales que lo rodean, para hacer surgir en su propio beneficio o en el de ellos, lo que se llama, para hablar co