Serie de los médiums: Joseph Beuys habla sobre las Malvinas

 

 

No estaba previsto. Sucedió en el momento en que Ana Aldaburu mencionó a Joseph Beuys. Estábamos hablando de las variantes del arte en la posguerra. Ella recordó cuando Beuys irrumpió, en 1965, en una galería de Dusseldorf, embadurnado su rostro de grasa y polvo de oro, con una liebre muerta entre sus manos. Se paseó ante el público, dijo Anita, durante tres horas, deteniéndose ante cada cuadro, dándole explicaciones de las obras a la liebre en el oído.

Mientras Anita lo decía, comenzamos a sentir una extraña sensación, como si Beuys estuviese con nosotros, algo que nos ocurre habitualmente cuando entramos en este tipo de reflexiones. Y entonces, suavemente, esa presencia se corporizó, hablando en alemán, naturalmente. Estaba allí, en nuestra reunión habitual. Y Roth, sin perder el instante, le preguntó, en alemán, si todavía usaba grasa. Y él empezó a hablar, sin detenerse, sin importarle demasiado nuestra presencia, aunque todo indicaba que sabía a quienes se dirigía. Y esto dijo:

 

"Ya no uso grasa...Estoy en otra cosa. Todo está superado...El secretismo, como yo creía antes, ya no recorre el mundo. Lo de la liebre...bueno, lo de la liebre ustedes lo entienden, fue para sacudir la conciencia alemana, en primer lugar: era más factible (sic) que ellos entendiesen algo si un animal muerto podía entenderlo; posiblemente mejor que ellos. Algo de eso sirvió, porque la liebre no dijo nada de lo que yo le expliqué; en cambio los humanos se pusieron a escribir numerosas interpretaciones sobre mi acto. Les confieso que no tuve ningún propósito: simplemente me dejé llevar, como en todas mis obras, por una...percepción... ¿Acaso mis contemporáneos más cercanos habían entendido la tragedia alemana? No. Y siguen sin entenderla...El arte es una expresión deformada de ese aire que flota..."

 

(A pesar de que nada le preguntamos, Beuys decidió responder a una pregunta)

 

"Si. Yo fui nazi. ¿Quién no lo fue en mi país, de una u otra manera? Ustedes quizás puedan entenderlo, porque muchos de ustedes fueron a su Plaza (sic) a aplaudir al coronel (sic) Galtieri cuando invadió las Malvinas. Ustedes no eran seguidores de Galtieri. Pero querían darle duro a la corona inglesa... a su opresión histórica...niveles de opresión entre sí, claro, ese era el error; error algo amargo, como ocurre en la Historia habitualmente. Un error...por supuesto... ¿Cómo explicarle este tipo de tragedias a una liebre muerta? Ni, aunque estuviese viva... Los animales perciben el horror, incluso del vacío de una determinada época. Y adaptan su cuerpo. Algo que nosotros, los animales humanos no sabemos hacer, debido a que queremos entender...y hay cosas que no se entienden, pero se pagan en el cuerpo...

 

(Largo silencio)

 

"Si...hay cosas que no se entienden, por eso el arte es sagrado, abre las puertas de otra percepción; es lo que nos acerca a los animales, y nos permite estar arriba de esto...arriba de esto (sic)...Por eso el arte ahora está estancado. Lo único sagrado son las cotizaciones de las casas de remate, la especulación..."

 

(Beuys comenzó a toser durante unos minutos, y a pesar de que nada le preguntamos, respondió lo que sigue)

 

"¿Me preguntan que puedo proponerles? Solo una cosa: es un fin de época. En eso pienso actualmente. Traten de mostrar donde está clavada la aguja. Yo estaré aquí para ayudarles..."

 

Hasta aquí la grabación que hizo, con su celular, María Negro. Cuando Beuys dejó de hablar y se perdió bruscamente su presencia, una paloma intentó entrar en el bar, por la puerta que da a la calle Rodríguez Peña. No sabemos si esto guarda alguna relación, pero lo consignamos.

Comentarios

  1. Los he descubierto hace muy poco. Cómo me gustaría estar en esa mesa con ustedes. Escucharlos. Estaría totalmente muda. Saludos!!!! Ana Uriarte. Una vez hace mucho fundé la orden del plumero

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