La marca de fuego de las mujeres dadaístas.



El dadaísmo es el paso gigantesco y necesario para llegar al surrealismo. Ocupa el lugar de Feuerbach en el camino de Damasco del materialismo histórico. Sin Dada no hubiese habido surrealismo. Pero este es un escalón superior en cuanto a la maduración del arte y de la vida. La más alta lograda hasta hoy, sin haber sido superada. La clave de este desarrollo es que el dadaísmo fue, en su momento, la negación más radical de la hipocresía burguesa, mientras el surrealismo resulto su culminación plena, porque - a diferencia de Dada, que género el grito contestatario-  los surrealistas ahondaron ese grito liberador , dándole substancia, al agregar los descubrimientos de Freud, la poesía de Rimbaud y Lautreamont, y las tesis sobre Feuerbach de Marx: no se trata de interpretar el mundo sino de cambiarlo; y al mismo tiempo, como quería Rimbaud, cambiar la vida. El Surrealismo se puso así del lado de la revolución y el socialismo, superando en todos los planos a Dada. Pero sin Dada, como sin Feuerbach, los surrealistas no hubiesen encontrado la llave de los campos. 

La influencia de la mujer en el dadaísmo es fundamental. Significa la irrupción en un pie de igualdad con el hombre, en el terreno del arte. Iguales derechos de expresión, como forma de enfrentar el orden de la posguerra. Dada es una toma de posición contra la época, también en este terreno.
Reproducimos aquí un rápido registro del alto papel que las mujeres tuvieron en el desarrollo del dadaísmo, colaboración maravillosa que continuo luego en el surrealismo. 

JCC.


Las corrientes artísticas que nacieron a principios del siglo XX fueron fundamentales para el desarrollo del arte moderno y contemporáneo; hubo una que especialmente fue la base para las nuevas formas de expresión.
(Por Silvana Mejía - Nota extraída de Cultura Inquieta)

El dadaísmo fue una corriente opositora al arte tradicional, no sólo de la pintura o la escultura, también se opuso a la literatura y a la poesía. Esta corriente sentó las bases para el arte conceptual, el performance y las instalaciones; formas de expresión artísticas novedosas para ese tiempo y tan comunes en la actualidad.


 Son varios los artistas que pertenecen a este movimiento, pero entre los más conocidos se encuentran Marcel Duchamp, Man Ray y Tristán Tzara. Cabe destacar que en esta época las mujeres comenzaron a tener un rol más activo, no sólo en ámbitos políticos y sociales, sino también artísticos.

En el movimiento dadaísta surgieron mujeres con una capacidad creativa admirable en el uso de colores, materiales y habilidades para dar forma a obras únicas, así como en la expresión sentimental a través de la poesía, actuaciones y representaciones sobre el rol de la mujer en la sociedad; las artistas dadaístas crearon obras con un trasfondo sobre la posición de la mujer en la sociedad y un fuerte deseo de cambio.
A continuación te presentamos algunas de las artistas dadaístas más representativas:

Hannah Höch




































Con sus collage y fotomontajes, Hannah Höch transmite gran inconformidad hacia distintas situaciones de su época: el gobierno alemán, el rol de la mujer y la creación de ideales de belleza en los medios de comunicación, es esta crítica hacia la forma de ver la figura femenina a través de lo que dicen los medios, por lo que ha sido considerada una de las primeras feministas; en su obra descompone esos ideales de belleza creando imágenes abstractas y amorfas.















Suzanne Duchamp


































Hermana del emblemático Marcel Duchamp, Suzanne afrontó varios obstáculos para desarrollarse como artista, no obstante, gracias a su hermano pudo superarlos y obtener el debido reconocimiento como pintora. Su trabajo es la expresión pura del dadaísmo: pintura, collage y poesía, están siempre presentes en sus obras, sobre todo en Multiplication brisée et rétablie, su obra más representativa.






















Sophie Taeuber-Arp






















Pintura, baile, escultura y diseño de vestuario, son sólo algunas de las disciplinas que dominaba Sophie Taeuber-Arp, una mujer con grandes habilidades artísticas y perteneciente a diversas corrientes, Sophie utilizaba la libertad que le daba el arte para expresar todo lo que su personalidad tímida y reservada no le permitía. Colores vibrantes, formas geométricas, habilidad de diseño textil y de interiores, son algunas de las características del trabajo de una de las artistas más prominentes del siglo XX.























Beatrice Wood





































“Mamá Dada” fue el apodo dado a Beatrice Wood en el círculo dadaísta. Ella no era pintora o escultora, sino ceramista. Muchos pensarían en el oficio de la cerámica como una forma de crear objetos con el fin de adornar algún espacio, pero Beatrice Woods lo adopto como su forma de expresión. Combinando la cerámica y el dibujo, nos transmite su gran humor, ingenio y alegría por la vida a través de sus piezas.























Emmy Hennings



































Fundadora y dueña del Cabaret Voltaire, centro de reunión de los pertenecientes al circulo dadaísta, Emmy Hennings fue también esposa del poeta dadaísta Hugo Ball. El Cabaret Voltaire era donde Emmy presentaba sus poemas, además de ser cantante, bailarina y performer. La obra de Emmy Hennings nos habla de temas muy controversiales para la época: el amor libre, la anarquía y el deseo de una revolución social eran las preocupaciones de Emmy.























Elsa von Freytag-Loringhoven


































Un collage viviente era Elsa von Freytag-Loringhoven. Poeta provocativa, artista atrevida, Elsa von Freytag-Loringhoven no sólo utilizaba la pintura y la escultura para expresarse, su herramienta principal era su cuerpo, capaz de convertir cualquier utensilio en un pieza de ropa o pasear desnuda por las calles de Greenwich Village. Tuvo un performance en compañía de Man Ray y Marcel Duchamp, en el cuál ella rasuraba su vello púbico y al finalizar paseaba desnuda por las calles de Nueva York, en compañía de sus amigos dadaístas.



















Mina Loy


































Una prominente escritora, capaz de incomodar a los miembros de la élite y enfurecer a los hombres por medio de sus letras, Mina Loy fue de las escritoras dadaístas más importantes. Además de ser escritora y poeta, Mina creaba sus obras utilizando cualquier cosa que encontrara en los basureros de Nueva York.















Clara Tice


































Mujer revolucionaria e icónica, Clara Tice es llamada “Reina de Greenwich Village”; fue de las primeras en recortar su cabello, subir el dobladillo de su falda y usó la moda y la ilustración para exaltar las cualidades de la mujer moderna. Su preocupación por el desarrollo del individuo fue manifestada de diversas maneras. En sus ilustraciones se aprecia movimiento y despreocupación, una obra que llama a la libertad.























Toyen


































Una vida independiente, sin ataduras a la familia, la negación del nombre dado por sus padres: Toyen es un ejemplo de una vida de anarquía. Su verdadero nombre es Marie Cerminova, y su lucha por la independencia la llevó a expresarse por medio de imágenes eróticas, siendo éstas la forma más contundente de dar a conocer su opinión y su mensaje.






















Juliette Roche


































De origen aristócrata, rodeada de discusiones de política y arte, Juliette Roche perteneció a dos de los movimientos más importantes en la historia del arte: el cubismo y el dadaísmo. Juliette en su obra poética y pictórica mostraba a una mujer independiente, capaz de valerse y expresarse por sí misma. Aprovechaba el cliché a favor de su obra literaria, conjugándolo con diversas tipografías. Experimentó con poesía acompañada de diseño.


















Florine Stettheimer


































Rompiendo con la percepción de los artistas solitarios, incomprendidos y amargados, Florine Stettheimer retrataba paisajes y salones llenos de color, crítica sutil y contundente del comportamiento de las clases privilegiadas en el periodo entre guerras. Florine Stettheimer además de ser pintora, era una poeta consciente y preocupada por su entorno, sobre todo en cuestiones como el consumismo y la verdad oculta del matrimonio.























(Escrito por Silvana Mejía para Cultura Colectiva)

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