Todos los pecados de Edipo, por María Negro


“Feliz año nuevo”, la obra de Jorge Huertas es una versión bien argentina de “Edipo de Colono”. La tragedia de Sófocles se traslada con total libertad a la Plaza Once, en el centro porteño.
Fuera de Grecia, Edipo –el gran vencedor de la esfinge- ha llegado vagando hasta la noche de Once. Antígona, sigue protegiéndolo aunque ambos saben que esa noche de año nuevo se cumplirá la profecía y Edipo morirá.
Antígona, nuestra gran heroína, ahora pide monedas con su padre y yira despacito las calles de Once. Su vida siempre será cuidarlo de alguna forma. Si no hay amor, que no haya nada entonces.
Creonte y Polínices vendrán a su encuentro en camioneta, desde la villa. Cada uno por su lado y a su tiempo, enfrentarán a Edipo en esta cíclica disputa. La traición cierne los tiempos. Los de la Grecia antigua y moderna. Los de Buenos Aires del siglo pasado y los de hoy.
En la calurosa noche de un año nuevo, la recova de Once se convertirá en el escenario de una tragedia fractal: allí, en Edipo, se expiarán nuestros pecados. Los que Edipo discutirá con Atilio Revagliatti, ese destacado director musical que duerme entre papeles de diario junto a Beatriz, reina del carnaval de Ituzaingó.
Atilio, creador y director de esta obra fantasmal, sufre su propia condición fantasmagórica, su locura, su añoranza de un tiempo cálido para él y para su amada que nunca fue. Beatriz le recordará su frustración con tanto desprecio como le sea posible. Cada vez, y cada nueva vez, Beatriz desplegará su desconsuelo, su fuerte arraigo a la ‘realidad’.
Se pone compleja la palabra ‘realidad’… porque de alguna forma, la ‘realidad’, aquello que entendemos por realidad, el tiempo que nos rodea, las cosas que somos, se encontrarán de una forma trasversal en toda la obra.
La extensa charla que tendrá nuestro nazareno griego con Bernardino Rivadavia, quien ha estado observando las diferentes masacres que han ocurrido alrededor de su mausoleo (los restos de Bernardino Rivadavia “descansan” en Plaza Once) y comienza a creer que es yeta, obliga a Antígona a poner las cosas en claro, a denunciar a la Baring, a la cría que ha parido el Estado Organizado con el tiempo.


En forma de coro, de ópera, donde los cuerpos de los personajes son la verdadera escenografía y se irán desplazando en el espacio para acompañar con el movimiento la fuerza de las palabras; así se presenta “Feliz año nuevo”, como un ejercicio teatral de reflexión compartida con el público, de un humor ennegrecido de hollines, de gritos que solo escucharán los ciegos.
Porque quienes creen ver, después de 2600 años, aún siguen a tientas por las oscuras sendas de la miseria.

Feliz Año Nuevo, de Jorge Huertas
Sábados 20 hs
Patio de Actores
Lerma 568 – Caba


Edipo: Sergio Lobo
Antígona: Casandra Velázquez
Atilio Revagliatti: Julio Cortés
Beatriz: Elena Brozzo
Bernardino: Javier Naame
Creonte: José Luis Ottati
Polínices: Gustavo Calanni

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