La noche, por Jaime Saenz

1 Extrañamente, la noche en la ciudad, la noche doméstica, la noche oscura: la noche que se cierne sobre el mundo; la noche que se duerme, y que sueña, y que se muere; la noche que se mira, no tiene nada que ver con la noche. Pues la noche sólo se da en la realidad verdadera, y no todos la perciben. Es un relámpago providencial que te sacude, y que, en el instante preciso, te señala un espacio en el mundo: un espacio, uno solo; para habitar, para estar, para morir —y tal el espacio de tu cuerpo. 2 Pues existe un mandato, que tú deberás cumplir. en homenaje a la realidad de la noche, que es la tuya propia; aun a costa de renunciamientos imposibles, y de interminables tormentos, deberás decir adiós, y recogerte al espacio de tu cuerpo. ...