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Mostrando entradas de enero, 2025

Chau, Lynch por Fernando Martín Peña

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  ¿Era argentino Lynch? Claramente no, pero su capacidad para prescindir de los mecanismos racionales explican la realidad como los argentinos estamos habituados a (no) entenderla. Y eso explica que sintamos tanto su muerte. No hay otro artista tan poco lineal como nosotros. No hay más banda. Creo que no se subraya lo suficiente su formación plástica. Su obra saca el máximo partido posible del potencial visual de cine. El color, la composición, la textura, ingredientes destruidos por el uso chapucero de las nuevas tecnologías, eran la savia del arte lyncheano. Y después (mejor dicho, encima) el sonido, su capacidad prodigiosa para sugerir narrativa con un tono bajo y ominoso, con el sonido del bosque, con esa bandeja sonora que tenía la misma potencia de su imaginario. Lo mejor del cine está en su cine. Buñuel pero también la norteamérica profunda, industrial, silvestre y agónica. Sus tiempos, que son los del sueño. Cine onírico en la vigilia. ¿Quién no quiere recuperar en la vigil...

Esa risa traviesa de la luz, por María Negro

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  A los siete años, mi hijo tuvo un grave accidente en uno de sus ojos. En los primeros momentos, uno como adulto trata de ser expeditivo y de colaborar lo posible con los profesionales, y todo se hace en shock, con la realidad cayendo despacio y el miedo, el mucho miedo comiendo desde adentro.  Como no estaba inconsciente, me pidió que les avisase a sus tres amigas. Tuve fuerzas para hablar con una sola de las madres, la mamá de Serena, y con la pediatra de cabecera. La pediatra llegó al hospital en pocos minutos, con un blíster de calmantes para que me acompañasen, a discreción. La mamá de Serena y Serena llegaron un poquito más tarde. Sere traía para Lichi su peluche de dormir, por si algo le daba miedo en la cirugía. Todavía lo tenemos.  La cirugía fue extensa, mucho más si sabemos que comienza desde el momento en que el cuerpo pequeño del hijo abandona la conciencia bajo la anestesia, en nuestros brazos, y entonces el terror tiene otra dimensión, tiene peso, y se le ...