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Los bordes de la tormenta, por Gastón Ribba

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El primer capítulo de Pepe Sánchez fue publicado en la edición de El Tony Supercolor de diciembre de 1975. Los simpáticos dibujos de Carlos Vogt y el tono satírico montado sobre el éxito de las películas de James Bond apenas suavizaban la filosa pluma de Robin Wood. Paraguayo trotamundos, hijo de australianos socialistas utópicos, merecedores de la etiqueta "libertaria" que ha usurpado esta manga de langostas. Sánchez era un agente doble cero por los dos aplazos recibidos en la academia de espías y el único título que exhibía con orgullo era el de hincha de Chacarita Juniors, el mejor de todos, el que nunca faltaba a un partido así cayeran ojivas nucleares de punta. Pepe salvaba el mundo en los ratos libres que le permitía su conchabo en una playa de estacionamiento porque en él todavía quedaban algunas cosas importantes: su vieja. sus hermanos, su sobrino, un par de amigos y una tracalada de tíos atorrantes como el que se dedicaba a cultivar cardos en Paso de los Libres y ot...

Un ave empolla el huevo del mundo, por Ruben de León

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  Un ave empolla el huevo del mundo alguien riega el árbol de la horca y otro sin conexión alguna edifica un abismo. Imagen en gestación rectificada hierro líquido. Fuego amargo el recuerdo. El vigía apostado el que mira ¿debe decirlo todo? Ella se torna sola sus ojos irisados un ilusiorio cielo pozo de sombras es. Ruben de León Ilustración: obra de Juan Carlos Capurro, fragmento

Chau, Lynch por Fernando Martín Peña

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  ¿Era argentino Lynch? Claramente no, pero su capacidad para prescindir de los mecanismos racionales explican la realidad como los argentinos estamos habituados a (no) entenderla. Y eso explica que sintamos tanto su muerte. No hay otro artista tan poco lineal como nosotros. No hay más banda. Creo que no se subraya lo suficiente su formación plástica. Su obra saca el máximo partido posible del potencial visual de cine. El color, la composición, la textura, ingredientes destruidos por el uso chapucero de las nuevas tecnologías, eran la savia del arte lyncheano. Y después (mejor dicho, encima) el sonido, su capacidad prodigiosa para sugerir narrativa con un tono bajo y ominoso, con el sonido del bosque, con esa bandeja sonora que tenía la misma potencia de su imaginario. Lo mejor del cine está en su cine. Buñuel pero también la norteamérica profunda, industrial, silvestre y agónica. Sus tiempos, que son los del sueño. Cine onírico en la vigilia. ¿Quién no quiere recuperar en la vigil...

Esa risa traviesa de la luz, por María Negro

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  A los siete años, mi hijo tuvo un grave accidente en uno de sus ojos. En los primeros momentos, uno como adulto trata de ser expeditivo y de colaborar lo posible con los profesionales, y todo se hace en shock, con la realidad cayendo despacio y el miedo, el mucho miedo comiendo desde adentro.  Como no estaba inconsciente, me pidió que les avisase a sus tres amigas. Tuve fuerzas para hablar con una sola de las madres, la mamá de Serena, y con la pediatra de cabecera. La pediatra llegó al hospital en pocos minutos, con un blíster de calmantes para que me acompañasen, a discreción. La mamá de Serena y Serena llegaron un poquito más tarde. Sere traía para Lichi su peluche de dormir, por si algo le daba miedo en la cirugía. Todavía lo tenemos.  La cirugía fue extensa, mucho más si sabemos que comienza desde el momento en que el cuerpo pequeño del hijo abandona la conciencia bajo la anestesia, en nuestros brazos, y entonces el terror tiene otra dimensión, tiene peso, y se le ...

El águila o la piedra, a propósito del nuevo libro de María Negro, por Juan Carlos Capurro

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  Retomar la leyenda griega de Prometeo, pasando por Pompeya, no la de la Roma antigua, sino la del tango de Homero Manzi y la de la cumbia rebelada, —aunque no lo enuncia— es el milagro logrado por María Negro en su nuevo poemario recién editado por Omashu para su colección Allá Dirán: "La traición de Prometeo". " Plegaria de los santitos/   que acarician las piedras/   antes que revolearlas"  Preciosa la imagen, que también evoca, sin tener que decirlo, la existencia de otros santitos, que la acarician... antes de revolearla. En ese entrecruzamiento de lo ple- bello y lo mitológico, el que menos se pone en evidencia es Prometeo. El pobre está consciente de su condena: sabe que hay que sufrir en la tierra. Pero no se entrega, lucha. Y al hacerlo obliga al águila y a la piedra. Entonces María se pone a conversar con la piedra y con el águila. Estas sí que no saben, del todo, qué es lo que están haciendo. ¿O si? O lo saben mejor que Prometeo. ¿O igual?  Arriba de...

Diego Rojas, el cometa extraordinario

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  Estrella del Oriente despide a uno de sus amigos, el gran periodista, escritor, Diego Rojas; fallecido hace unas horas luego de luchar largamente en la espera de un nuevo trasplante. Su obra trasciende el hecho de que haya dejado de estar entre nosotros. Periodista valiente, escritor, militante, redactor de las secciones de cultura de los más importantes medios del país.  Saludamos desde aquí a su familia, a sus amigos, con un profundo abrazo.

La noche, por Jaime Saenz

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  1      Extrañamente, la noche en la ciudad, la noche doméstica, la noche oscura:      la noche que se cierne sobre el mundo; la noche que se duerme, y que sueña, y que se muere; la noche que se mira,      no tiene nada que ver con la noche.      Pues la noche sólo se da en la realidad verdadera, y no todos la perciben.      Es un relámpago providencial que te sacude, y que, en el instante preciso, te señala un espacio en el mundo:      un espacio, uno solo;      para habitar, para estar, para morir —y tal el espacio de tu cuerpo.     2      Pues existe un mandato, que tú deberás cumplir.      en homenaje a la realidad de la noche, que es la tuya propia;      aun a costa de renunciamientos imposibles, y de interminables tormentos,      deberás decir adiós, y recogerte al espacio de tu cuerpo.     ...