Hacé como que te importa, por Silvia Dasso

Miró la hora y se dijo: me quedan treinta minutos. No podía parar de leer. El texto era complejo, difícil de abordar, requería de un tiempo extra para su asimilación y, tal vez, para una nueva relectura. Se lo había recomendado su profe de filosofía, un interesante intelectual con quien mantenía una relación de profunda admiración. Casi sobre el horario de cierre del supermercado coreano agarró las bolsas, la lista de lo que tenía que comprar y la billetera. Salió con paso ligero y craneando sobre el título del libro: "Olvídese del futuro". Miró los precios; otra vez los estaban remarcando. Se puso de mal humor, las manos le transpiraban. Unas vecinas la saludaron pero ella no les contestó; necesitaba encontrar responsables a tanta inflación. Leyó la lista. No sabía cómo hacer. Le quedaban 3000 pesos. Era todo el efectivo producto de una indemnización mal arreglada. Con cuatro hijos y separada, mucho no podía discutir. Llenó dos bolsas y se paró en la cola de la única caja...