Presentación “EL LIBRO DE DIOS” de Pedro Roth, por Juan Carlos Capurro

 



Dios me remite inconscientemente a dos lugares: lo absoluto y la muerte.


Por el contrario, ésta obra de Pedro Roth transcurre en lo relativo de la vida.


Creo que la clave de todo el recorrido poético del “Libro de Dios”, es el descubrimiento de que si Dios nos hizo a su imagen y semejanza nosotros, los humanos, también contenemos al universo.


Esa idea potente que ya iluminase a Paracelso y a Novalis, se resume en una imagen cuando Pedro transmite que el ser humano: 


“comprendió que dentro de él también brillan infinita cantidad de soles” 

“que el tamaño es un problema relativo y que lo importante es ser y comprender”


Es decir, que somos un universo, y parte del universo al mismo tiempo.


Esa revelación que nos transmite Pedro se emparenta con un largo camino de la Humanidad. Ya Spinoza indagó sobre la materialidad de Dios y encontró en las contradicciones de los seres humanos, sus virtudes y defectos, lo Sagrado. Nos llevó a lo sagrado de lo humano.


Hay un hecho clave en ésta obra: fue escrita en 1985, hace casi 40 años. Sin embargo ésta escrita ayer, hoy a la mañana, porque la frescura de su mensaje admite que todo es contemporáneo. 


No estamos solos en esa comprensión. No es casual que dos jóvenes editores hayan decidido publicarlo ahora. Demuestra su vigencia.


Pedro hace una obra basada en ILUMINACIONES. Así lo hemos descubierto en las publicaciones que, desde hace años, realiza en la revista de nuestro Colectivo Estrella del Oriente. 


Retoma una profunda tradición esotérica de Occidente. No reflexiona cartesianamente sobre lo que dice, sino que dice lo que le sale desde lo profundo. En ese azar donde todo es fortuito y no lo es, porque así existe.


El origen es el de la larga tradición del arte: la ALQUIMIA, que como conocemos no es encontrar oro sino sabiduría, belleza, amor y compartirlos, para llevar luz a nuestras vidas.


Ésta obra es única, como todas las obras de Pedro. Más allá del mercado y sus casualidades, Pedro Roth hace una obra que se reconoce inmediatamente en sus cuadros, en sus fotos y en sus escritos. También en su humor que aleja los momentos de oscuridad. Parafraseándolo, del estilo de aquel diálogo en el que el pesimista dice: esto no podría estar peor. Y el optimista le contesta: si, si… mucho peor, mucho peor.


Nosotros venimos aquí a celebrar con Pedro la vida. Los soles que nos habitan. Nuestro lugar en un momento de la historia del Universo.


Está aquí, a su lado, un hermano de estrella, Spinoza, al recordarnos algo clave que ésta obra transmite: la perseverancia del ser, que no tiene ni admite restricciones en el tiempo. Y por eso es indefinida, y está de conformidad con los afectos, que expresan su grado de potencia y, además, la determinan.


Esa perseverancia en el ser es la clave de la obra de Pedro Roth. No admite obstáculos ni adversidades que lo desvíen. Sigue siempre adelante. 


Retomado aquel proverbio de Salomón, encontrado al azar, hace unas horas: Únicamente los sabios viven con ánimo tranquilo y firme.


Ésta obra resume ese alcance. 




Juan Carlos Capurro

Museo Nacional de Bellas Artes, 4 de Noviembre de 2021.


Comentarios

  1. ¡¡Muy bella reflexión, Juan Carlos Capurro!! Muy alentador situarse en la vida, en las iluminaciones, la alquimia, lo sagrado en lo humano y la belleza, el amor y la sabiduría para aportar luz a nuestra existencia.Su amigo Roth lo debe celebrar.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Esa belleza, por John Berger

Mineros, por John Berger

M, por Luna Malfatti