Poemas chinos, por Alberto Laiseca

LA GRAN MURALLA No es su costumbre, pero la garza amarilla desplegó sus alas e inició anoche un vuelo nocturno. No es frecuente en China; pero a veces ocurre que alguien desarma la Gran Muralla para que el corazón quede expuesto y pueda volver a amar. Yuan Ho. Dinastía Han UN VIEJO MAESTRO Al final de las riberas del Ho, como un genio fabuloso, vivía un Viejo Maestro. Diez milenios duró su existencia, para dibujar cada ideograma demoraba cien años y el largo poema aún no ha terminado. Fan Meng Li. Dinastía Sui PEQUEÑO GORRIÓN Mi amada no conoce jaulas; va y vuelve cuando se le ocurre. No te cantaré cuando te hayas ido, pequeño gorrión salvaje. Te canto ahora que me amas. Shen Chin. Dinastía Wei EL TRUENO DE LA SEDA Escucho el trueno de la seda, miro el brillo deslumbrador de una piedra opaca, y huelo las escamas del pez de madera. Sin embargo, no supe sentir a tiempo tu corazón. Lu Ch'iu. Dinastía Hsia.