Un cielo gris, la génesis que nos desborda

 


En las aguas de las correcciones políticas andamos, intentando un pie forzado sobre un lecho moral que nos resulta holgado cuando cae sobre el cuello de los otros. Nos amparamos en la palabra amor cuando miramos a nuestros hijos, como si el acto y el lenguaje fueran el mismo momento, tuviesen la misma intensidad.

Del reencuentro de dos hermanos en una casa de campo, sobrevendrá la sombra de la tragedia moderna: sus hijos han cometido una aberración. Esos seres pequeños que amamantamos con ternura y canciones de granja, que escondimos adentro de nuestras costumbres y precauciones para mejor resguardo, al fin han aprendido, y ya tienen sus propias garritas con las que despertar a la crueldad que -con una ingenuidad de Disney- creímos que ellos no, que ellos nunca.

¿Qué debe decidir un padre frente a eso que llamamos "verdad"? ¿Es cierto que la medida de las acciones de nuestros hijos valorará o condenará la eficacia de la crianza que supimos construir?

Ni Silvio Astier (aquel delincuente de Juguete Rabioso), ni el ineflable Alex de la Naranja Mecánica, parecen responder a esta medida de los vínculos familiares. ¿Cuál es el nudo que forma esa rara madeja de responsabilidades donde la paternidad y la maternidad son el cimiento sobre el cual puede formarse o no un monstruo? 

El juicio por el asesinato de Fernando Báez Sosa, con sus brutales aristas, colocó en los medios no solo a la víctima y a los autores del crimen sino a sus padres. Todos conocimos sus nombres, sus profesiones, sus declaraciones, su dolor, su desesperación. Tuvimos la posibilidad de tomar posición desde la frescura del living, asegurándonos que nunca jamás seríamos nosotros quienes se colocasen frente a una cámara para pedir piedad por un criminal, mucho menos nacido de nuestro vientre. La moral es una fruta deliciosa que se come despacio y en la comodidad del costado del conflicto. 

Un cielo gris es un cielo cargado, como el presente de los personajes que deben tomar decisiones desde el epicentro del horror. Con dramaturgia de Miguel Forza de Paul, dirección de Paula Bartolomé y las actuaciones de Graciela Clusó, Carina Conti, Esteban Fagnani y el mismo Miguel Forza de Paul; Un cielo gris conmueve, reflexiona, nos enfrenta a la liviandad con la que somos capaces de emitir los juicios, la consistencia de eso que llamamos el amor más puro, la génesis que no sabemos contener.

La mano que acuna al cuco no diferencia la cuna.


M.N.


Un cielo gris

Dramaturgia: Miguel Forza de Paul

Dirección: Paula Bartolomé

Actuaciones: Graciela Clusó, Carina Conti, Esteban Fagnani, Miguel Forza de Paul

Patio de actores

Lerma 568 - Caba

Todos los sábados de marzo a las 21 hs.

Entradas por Alternativa Teatral

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