El tiempo. Poema dedicado a la novia indefensa que no tiene reloj, por Pedro Roth























Obra de Germán Gárgano

Son cápsulas lógicas que se preservan en los hombres, para así guardar el concepto del tiempo y a la vez esta idea se va mutando, enriqueciendo con aportes de otros hombres, respetando y preservando. Haciendo evolucionar, crecer la idea. La ciencia es el hacha que corta el nudo gordiano, el atajo es la explicación rápida que conduce a otro lado para responder las mismas preguntas.

Cada sistema tiene sus códigos, lenguajes, fórmulas, ceremonias, recompensas, programas, tiempos. Estas organizaciones preservan los conceptos en forma de secretos para ser resueltos. Enigmas para descifrar, creando credos que solo se pueden transmitir a los que entienden, los códigos encriptados.

El poder es un efecto secundario para los participantes menos místicos que facilitan la evolución de los conocimientos que preservan estas organizaciones. La fe es el vínculo, es lo que hay que preservar, es el contacto entre las neuronas de estos sistema. Cada organización está vinculada a un tiempo pautado a su manera.

El final del tiempo es la muerte, por eso lo pautamos, contamos, lo adoramos de tantas maneras, por eso Dios es eterno y es el modelo perfecto a quien queremos parecernos.

Contamos el tempo que falta que llegue la hora de Dios, nos tranquiliza el orden: segundos, minutos, horas, noche, día,  días, meses, estaciones, años, siglos, calendarios, aniversarios, ceremonias, contar, contar, repetir, memoria.

Lo conocido y el miedo a lo desconocido. Lo ignorado asusta, preocupa, despierta curiosidad, eternistas, efimeristas, dos mundos, perpetuar la idea, la pregunta.

Pedro Roth

Comentarios

  1. Excelente como todo lo que nos brinda Estrella del Oriente. Gármano ilustra bellamente las palabras de Pedro Roth, imperdible. Esas reflexiones sobre el tiempo, su "contabilidad" y la muerte: maravillosas

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