Consideraciones vinculadas al pago de la deuda, por Juan Carlos Capurro



Siempre, desde la antigüedad, el tema de las deudas es conflictivo; en general, a la hora de tener que pagarlas. Ya los etruscos desarrollaban el tema sin miramientos. Al que no pagaba, se lo mataba, salvo que el deudor ofreciese resistencia, y esta fuese considerable, en cuyo caso se ensayaba la resignación. En nuestro país tardamos cien años en pagarle a la Baring Brothers el empréstito de enfiteusis, contraído por el gobierno de Bernardino Rivadavia. La Baring  quebró y ya no existe. Pero algunos de sus sobrinos siguen activos. La deuda siempre, por definición, es inconmensurable, omnímoda y proclive al enigma. De Rivadavia solo han quedado, para la Nación, los cuadernos...

En 1985 un dúo pintoresco de artistas, Marta Minujin y Andy Warhol, acordaron cancelar, en Estados Unidos, la deuda contraída por Isabel Martínez y el general Videla. El pago fue en choclos de la Pampa húmeda. Allí, donde está la reserva fundamental de la patria.

Mientras esperamos la respuesta de la mesa de enlace, aceptando hacer un sacrificio similar al impuesto a los jubilados y maestros, sugiero leer el texto que sigue, escrito por André Bretón en 1942, pleno avance de la reacción en el mundo...


Juan Carlos Capurro

Generalidades
“Es preciso no solamente que cese la explotación del hombre por el hombre, sino que cese la explotación del hombre por el pretendido ‘Dios’, de absurda y provocativa memoria. Es preciso que sea enteramente revisado el problema de las relaciones del hombre con la mujer. Es preciso que el ser humano pase, con armas y equipaje, del lado del ser humano. ¡Basta de flores sobre las tumbas, basta de instrucción cívica entre dos aulas de gimnasia, basta de tolerancia, basta de tragar sapos!

André Bretón
Prolegómenos a un tercer manifiesto del Surrealismo o no, 1942

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