Hoffmann o la vuelta al mundo, por Pedro Roth

Victor Brauner - Promenade de l'oiseau.


Quinientos años de algo hecho por primera vez: circumbalar la tierra.

Los europeos escriben la historia, se adueñan, van al este por el oeste, en todas partes donde llegaron, la humanidad ya había nacido, creado, forjado una historia, una cultura. El hombre ya había circuncaminado, circunavegado el globo.

Lo que no hubo era un canal para difundir la hazaña, una piedra con prestigio donde inscribir el hecho.

Quinientos, un número redondo, es una buena ocasión para festejar.

De paso, rectificamos...si la tierra es redonda. Lo pudo decir Copérnico, que como no estaba en el centro no sufrió por sus dichos, cómo Galileo que estaba en el ojo de la tormenta y encima lo dijo en italiano en vez de latín, puso en riesgo su vida "E pur si muove".

Nosotros vivimos en el margen, participamos como escenografía, donde suceden las aventuras de los protagonistas y solo nos reconocen si lo que ven en el espejo se parece a ellos o cuando nos necesitan para demostrar su capacidad de incluirnos.

Aquí aporto algunos datos de nuestro modesto protagonismo por el globo terráqueo:

1) Los franceses en el siglo XIX fueron a marcar el Ecuador, el siglo XX con sus satélites corrigieron la ubicación. Cuando se organizó una expedición para poner en el lugar exacto los mojones, encontraron las marcas mayas.

2) Vito Dumas, el viajante solitario, circumbaló la tierra varias veces.

3) Argentina prestó sus acorazados a Japón para que gane la guerra Ruso Japonesa en el 1905.

4) El corsario argentino Buchard paseó nuestra bandera por todo el Océano Pacífico, contagiando la libertad a todo el continente. Viralizando la insignia de Belgrano que se replica en varios Estados latinoamericanos.

Todo esto sirve para inyectarnos un poco de autoestima en nuestra genuflexa columna vertebral. Todavía no hablé de Hoffmann, uno de los pocos artistas globalizadores de la verdad que tenemos, que lleva su obra por ahí que es el mundo, debajo del beige Hoffmann asoma siempre ese espíritu azul y blanco de origen, sin necesidad de ostentar, ni declamar, solo es, poblando esos lugares por los puntos cardinales.

Pedro Roth


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