Extracto de El Secreto de los Insectos, por María Negro
Pocas veces encontramos en un texto el cuerpo de quien
escribe acompañado de su alma.
Este es el caso de "El secreto de los insectos",
el nuevo libro de poemas de María Negro, integrante del Colectivo Estrella del
Oriente, que acaba de presentarse simultáneamente en Londres, ciudad de México,
Bogotá, La Paz, Santiago de Chile, Budapest y Buenos Aires.
María quiere saber- dice la contratapa del libro- si se hizo
tarde.
Es el relámpago bordado por su obra el que contesta: NUNCA.
*
Si realmente en la lumbre de tu pestaña
me picase el reflejo del río
pero realmente
justo en la punta de la sospecha.
Si la sonrisa franca fuera posible
cuando los árboles te nombran
entre la siesta y el olvido.
Hace tanto invierno
desde que soy vieja,
voy olvidando cosas.
Un vaso de calor
no se le niega a nadie.
A veces, el temblor
es un niño herido
*
Vida que no vale nada, dice.
Ay, la mentira.
Nada que nunca es nada
como primer problema.
La nada, entonces,
Debe tener pies.
Ojos.
Sobre todo, ojos.
La nada debe tener ojos
y, tal vez, alguna mosca,
un avaro sediento.
La nada plena de lluvias,
ausente,
ocupada en todos sus espacios.
La nada que dice que vale
sueña en el margen
harapiento ombligo.
Todas las estrellas, un día,
caen.
Y los cuerpos.
Y el cajoncito de latidos.
*
No sabe si le gusta
O si le gusta que no le guste
Si en el hambre está el deseo
Si la ausencia es el placer
No sabe si le gusta
Manipular la carta
Elegir qué conejo
Qué galera
No sabe si le gusta
Mirarla en pedazos
O si le gusta que no le guste
Que la cabeza no cierre los ojos
Que ese cuerpo roto sea espejo
No sabe si le gusta mirarse de verdad
O si le gusta que no le guste
Todo ese miedo.
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