Sostenido, por Rubén de León

 






Todos los deseos 
desplegados, esplendor 
que achicharra. 
Cada quien encuentra 
lo entrevisto en el sueño.
Y, sin embargo, se distraen 
giran 
corren alrededor
olvidan cayendo 
en la caverna oscura
del oráculo.
Los deseos de humo
huelen a incienso o a
azufre y son de almizcle.
La tristeza desciende 
con su traje de pana
a presidir el banquete 
del mundo.


*

Cuando dice: 
¿Qué tenés en la cabeza?:
Pampa 
digo.
En vertical, el zenit.
En horizontal, el horizonte.
Y en lo oblicuo 
un rayo hendido entre las nubes
un resplandor lunático.
¿Eso?
Dudas 
por doquier.
Y alguna certeza.

*

Es arrojado 
a la playa del mundo
desde el océano del
vientre de su madre.
Repta
camina en cuatro patas.
se yergue
trastabilla.
Llora
abre los ojos.
Vislumbra.
El fuego lo abraza
en las seis direcciones 
del espacio.
Emerge 
y se refleja 
en el lago del cielo.
Ese sol 
muere en el este 
(para algunos)
Para otros
vuelve 
al océano 
del vientre 
de su madre.

*

El hombre
Nada
En la noche sin bordes.
Y cree ver 
en las iridiscencias de la espuma 
civilizaciones caídas
ciudades esplendorosas  
y todas las realizaciones 
del deseo en suspenso.
El hombre bracea en un mar azul
petróleo
abandonado a su puro esfuerzo.
Este es un mar eléctrico 
que atraviesan
corrientes de imanes.
El cansancio lo derrota
al hombre y
es arrojado a la playa ciega.
Mientras el mar se desliza 
hacia su destino:
El sumidero.




Rubén De León


Ilustración: Cuerpo y alma (1963), Jorge de la Vega

Comentarios

  1. Bellísima poesía y De la Vega acompañando!!!!! Gracias por la Poesía Compañeros

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