Pájaro en la niebla, por Juan Carlos Capurro


Un libro extraordinario se acaba de sentar en la mesa de la poesía. Ese libro es el de Eduardo Mileo,"Extracción del agua de la niebla".

Mileo se dedicó, durante años, a dejarse llevar por la pintura, nuestra bella señora, cargada también ella de futuro. Entabló un diálogo difícil: TODA la pintura; desde las cuevas de Lisieux hasta llegar al mingitorio de Duchamp, pintado, recientemente, por un artista argentino.

Diálogo siempre complejo el de estas imágenes contrarias, por resultar las dos completamente abstractas.

Pero Mileo lo logró. Y así no lo hubiese logrado, también lo hubiese, porque él sólo planteo de esa contraposición, entre palabra e imagen bruta, es diamante completo. Aquí, además de haber encontrado esa piedra, el autor la entrega pulida; pulida a la manera de Spinoza: para que podamos ver.

En sus quinientas páginas entra -junto a toda la pintura- toda la poesía, de la que Mileo es síntesis, sin proponérselo. Florida y Boedo, pasados por el zonda revolucionario del movimiento surrealista, que en nuestro país fue inexistente. Poesía sin llegar jamás al panfleto, aunque algunos de los artistas retratados fueron hijos del nefasto, y este sí bien existente, “realismo socialista”. Hijos rebeldes, a su aire, afortunadamente.

De la misma manera, la poesía que atraviesa esta niebla se funde con el pájaro, al que Mileo atribuye la más alta cualidad: volar tan lejos como para llegar al corazón humano. Volar agarrados de la piedra, de la tierra, el único lugar desde el que se puede salir hacia el espacio, para comprenderlo.
Las joyas son tantas que, para enumerarlas, sólo se puede leer el libro.

Dice Mileo, al referirse a la obra de De la Puebla Tolin, sobre el desembarco de Colón, que "para ser el primero tiene que haber testigos". Es cierto; pero pensamos que sólo si los testigos tienen ojos, es decir el alma abierta. Porque aún si no hubiese testigos de esta obra, el libro seguiría siendo el primero.

Gracias, Mileo, por hacernos saber, desde tu pintura, que existe "el remoto hospital de las estrellas". Es otro mérito del libro: confirmar que tenemos esperanzas de mejoría.

JCC. 

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