Italo Calvino y la mitad del mundo



"¡Ojalá se pudieran partir todas las cosas enteras, así cada uno podría salir de su obtusa e ignorante integridad. Estaba entero y todas las cosas eran para mí naturales y confusas, estúpidas como el aire; creía verlo todo y no veía más que la corteza. Si alguna vez te conviertes en la mitad de ti mismo, muchacho, te lo deseo, comprenderás cosas que escapan a la normal inteligencia de los cerebros enteros. Habrás perdido la mitad de tí y del mundo, pero la mitad que quede será más profunda y valiosa. Y también tú querrás que todo esté demediado y desgarrado a tu imagen, porque belleza y sabiduría y justícia existen sólo en lo hecho pedazos"

Italo Calvino, El vizconde demediado (pág. 53) Ed. Siruela


Nos pasamos la vida buscando aquello que nos complete o a quien nos completa, rellenando con algodón los huecos de nuestro cerebro, de nuestra visión, los huecos que dejan los dedos al despegarse entre ellos, a los pliegues de dentro y de fuera, cada mísero agujero; buscando lo que pueda encajar y terminar este puzzle eterno... cuando en realidad vivir en las madrigueras de nuestra conciencia resulta mucho mejor. En la mitad de lo que somos, porque el otro pedazo le corresponde a las sombras, sean las que sean.

Clara 




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