Del que no sabe, por María Negro


Si va a tocar
es sobre el hueso.
No confía en la carne.
La noche hamaca
recuerdo tibio
abre sus piernas.
Boca experta
de las estrellas
suspende el paso
de los hombres,
deja caer
un pedacito de cielo
sobre la mano hambrienta.
La luz de la calle
pequeño irís del asombro,
camina lento
por el fantasma suave
que busca la forma.

*

Sustancia de la savia el nacer
acunado temblor
Pisa y duda el nacer
forastero del miedo
Canción del coraje el nacer
el todo después el nacer
Lame el muslo del silencio el nacer
Más allá de la cáscara
Más acá del latido

*

Una luna grande como la tristeza.
Eso es la noche.
Una tristeza grande como la luna
Eso es la ausencia.

*


No es que sean tus ojos
Ni tus manos
Ni la ferocidad de tu beso
O el perfume que nace de tu piel
Junto a la mia.

No es la risa.
No es el recuerdo lento y borracho, dibujándote.
No es el deseo de abrazarte.
De enredarme en tus brazos
O quemarme el vientre
Con tu sexo.

No es la palabra
Ni el gemido

Ni el silencio.

Ni ninguna otra cosa que alguna vez.
Alguna vez.

*

No sabe si le gusta
O si le gusta que no le guste
Si en el hambre está el deseo
Si la ausencia es el placer
No sabe si le gusta
Manipular la carta
Elegir qué conejo
Qué galera
No sabe si le gusta
Mirarla en pedazos
O si le gusta que no le guste
Que la cabeza no cierre los ojos
Que ese cuerpo roto sea todo espejo
No sabe si le gusta mirarse de verdad
O si le gusta que no le guste
Todo ese miedo.



María Negro

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