Bertolt Bretch - 60ª Aniversario, por Juan Carlos Capurro

Bertolt Brecht sigue siendo un gran artista, a pesar de sus circunstancias. Atrapado en la red del estalinismo, supo ser independiente en su creación y elevarse mas allá del "realismo" canónico. Tuvo que trabajar, en su madurez, en una cárcel con ciertas comodidades formales, conocida con el nombre de República Democrática Alemana, una extensión de la side de allá, la Stassi, que lo vigilaba, porque lo consideraba "peligroso". Brecht era consciente que ese muro en el cual vivía, fue construido con la anuencia y entusiasmo de los gobiernos de ambos lados del mundo, por eso soportaba mejor la parcela que circunstancialmente le tocaba. Sabía que el infierno de los artistas está bajo cualquier forma de opresión. Toda su obra es extraordinaria. Bastaría con una sola de ellas, "El círculo de tiza caucasiano", para considerarlo un gran poeta. Allí Brecht discute de quién es la Tierra; la del amor, la de la identidad, la de los sueños, la de la maternidad y la paternidad. La Tierra- nos dice Brecht, a  través de su coro griego- es, como los hijos, de quien pelea por ella, sin lastimarla, porque no quiere poseerla, sino cuidarla. (JCC).