Brecht, arte y política. 60ª aniversario de su muerte.

Defender o atacar a un artista por su comportamiento político es mezclar las cosas.
Analizar su conducta política es, sin embargo, válido, como hecho histórico. Bertolt Brecht fue estalinista. No usó, sin embargo, su arte para cantar loas a Stalin, como si lo hicieron Neruda, o Picasso, con sus dibujos alusivos  al "padrecito de los pueblos". Vivió sus últimos años en la RDA, sector controlado por la burocracia estalinista. Pero no fue por elección. Fue expulsado de Estados Unidos, ante las acusaciones del Comité de Actividades Antiamericanas del Senado, como supuesto "agente comunista". Pidió entonces reingresar a su país, Alemania, derecho que le fue negado por Estados Unidos e Inglaterra,  potencias que controlaban en ese entonces el país. Recién entonces se fue a la RDA, donde gozó de privilegios, como renombrado artista que era. Pero esa posición favorable (de la que hubiese gozado, en condiciones normales, en cualquier país, dado su renombre) no le impidió seguir siendo crítico de lo que ocurría en la RDA, al punto que el servicio secreto estalinista, la Stassi, no solo lo vigilaba, sino que lo consideraba "peligroso". En 1956, a la muerte de Stalin, el nuevo director de la Stassi reveló que la muerte de Brecht habría sido organizada por la propia Stassi, debido a sus críticas al régimen. Brecht murió en una confusa post- cirugía, que no extrañaba riesgos importantes, lo que confirmaría su asesinato. Si hubiese vivido en Hungria, cuya invasión por tropas de Stalin defendió, también hubiese sido espiado y perseguido por el régimen opresor, como lo fue en Estados Unidos. Como artista sufrió persecución por su posición crítica, tanto bajo el capitalismo como bajo el estalinismo, lo que no deja de ser una confirmación de lo molesto que fue Brecht para los opresores. Fuera de su esfera como ciudadano, consideramos que a Brecht, como a todo artista, hay que medirlo por su arte.

Colectivo Estrella del Oriente  

Comentarios

  1. Excelente. Comparto totalmente: no mezclar la apreciación de la obra de un artista con su posición política, no implica no analizar ni denunciar su actitud política.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Esa belleza, por John Berger

Mineros, por John Berger

M, por Luna Malfatti