MIL VECES, por Benjamín Péret.


Entre los escombros dorados de la fábrica de gas
Vas a encontrar un pedacito de chocolate que huirá cuando te acerques.
Si corres tan rápido como un tubo de aspirina
Llegarás lejos detrás del chocolate
Que trastorna el paisaje
Como si fuese un zapato agujereado
Sobre el que se arroja un abrigo de viaje
Para no asustar al público ante el espectáculo de esta desnudez
Que hace crujir los dientes de las cajas de polvo de arroz
Y caer a las hojas de los árboles como las chimeneas de una fábrica
Y el tren pasa sin detenerse delante de una pequeña estación
Porque no tiene ni hambre ni sed
Porque le gusta y porque no tiene paraguas
Porque las vacas todavía no volvieron
Porque la ruta no es segura y a ella no le gusta
Encontrarse con borrachos o ladrones o policías
Pero si las golondrinas se pusiesen en fila en la puerta de las cocinas
Para hacerse asar
Si el agua se negase a que la mezclen con el vino
Y si yo tuviese cinco pesos
Habría algo nuevo bajo el sol
Habría panes con rueditas que tirarían abajo los cuarteles de la gendarmería
Habría viveros de barba donde los gorriones se dedicarían
A la cría
De gusanos de seda
Habría en el hueco de mi mano una bombita de luz fría
Dorada como un huevo al plato
Y tan liviana que la suela de mis zapatos volarían como
Una nariz falsa
De tal manera que el fondo del mar sería una cabina telefónica
En la que nadie obtendría jamás ninguna comunicación


(Del libro “Abajo los fagots” de Benjamín Péret. Ed. Erik Losfeld. Paris. 1980)
Traducción: Juan Carlos Capurro



Comentarios

Entradas populares de este blog

Esa belleza, por John Berger

Mineros, por John Berger

M, por Luna Malfatti