Tratado sobre la insensatez, por María Negro


Jueves de lluvia, de copiosa lluvia. Si uno anda las calles de Buenos Aires, no puede evitarse la frase,¿Dónde va la gente cuando llueve?,tan Pedro y Pablo. Pero, en este caso, la respuesta puede ser una grata sorpresa. La gente, en Capital y alrededores, cuando llueve mucho va al teatro. Día de semana, país en crisis y lluvia, sin embargo la gente se amontona en los pequeños y numerosos teatros de la zona para suspender la realidad e intentar comprenderla desde el arte.

“Tratado sobre la insensatez” fue estrenada en 2011 y reestrenada en 2018, y ha formado parte del Tercer Festival Nacional de Teatro en ECUNHI (Espacio Cultural Nuestros Hijos). Con cambios en su elenco, han logrado conservar y sostener un cálido exponente del teatro del absurdo. Este género que nació como parte de las vanguardias luego de la Segunda Guerra, sigue siendo una gran herramienta que coloca sobre el escenario al arte en su intento de explicar la vida. Nuestra angustia, nuestra incertidumbre, nuestra vulnerabilidad.

Un personaje tras otro irá llegando a un espacio. Sólos o acompañados, ocuparán una silla siendo recibidos por un ujier un tanto particular que los convida con una copita de algo. Hay una disimilitud en los personajes que va generando un ambiente particular. No se sabe a qué han ido, ni porqué –a pesar de la distancia que se nota en ellos- hay tanta unidad en esa reunión. Uno a uno, una a una, irán exponiendo (con sus particulares formas) sus puntos de vista sobre el ser humano, la vida, la cultura. Hasta aquí no pasaría de una reunión de intelectuales un poco más extravagantes que los pretendidos intelectuales que conocemos. Pero pronto, las distintas subjetividades van a estallar y a mostrar los enormes huecos por donde se nos caen las respuestas de fina elaboración, y la carne será carne, con su achura y sus huesos a la vista.

Basada en “Amontonados en la puerta de salida”, de Andrea Ojeda y Gastón Mazieres, “Tratado sobre la Insensatez” emociona, conmueve, deslumbra, duele y hace cosquillas. Juan Bampini, GiulianaPanico, Ary Pardal, Julieta Cazabat, Juan Bär, Fernanda Mizrahi, Leonardo Fernández, María Paz Ventura y Vicky Balay (bajo la dirección de Diego Cazabat) conforman el numeroso elenco que, impecablemente, nos permitirá jugar durante cuarenta minutos, con una lluvia que ya no forma parte de la “realidad”, a que la angustia de la duda es del otro. La manzana que no morderemos, el beso que se niega a llegar, el Dios del terror que dice verlo todo. Y todo, es todo.

La obra descansará por un breve tiempo, pero esta compañía de excelentes y jóvenes actores continúa presentando semana tras semana una cartelera seductora e inteligente en el Teatro El Astrolabio -Terrero 1456, barrio de La Paternal- donde funciona el Centro de Investigación de Artes Escénicas de Periplo.


María Negro


Comentarios

Entradas populares de este blog

Esa belleza, por John Berger

La marca de fuego de las mujeres dadaístas.

UN SOMBRERO DE ARROYOS