Acaban de exhibirse en nuestro país, en quizá buscada coincidencia, dos obras importantísimas en el devenir de la ópera moderna, nacidas ambas de la inspiración de dos músicos de origen judío, Viktor Ullmann y Alexander von Zemlinsky, que tuvieron, aunque de distinta manera, que sufrir la persecución del régimen nazi. Vamos a enlazar, en este y en el siguiente trabajo para Pleamar, ambas óperas, considerando que se han representado en su forma actual por vez primera en el territorio nacional, que sus creadores fueron coetáneos, se conocieron y colaboraron, y que sus raíces y técnicas musicales, nada alejadas entre sí, bebieron de alguna manera de la influencia de Schönberg, alumno del primero y maestro del segundo. Por ende, ambas composiciones se han visto unidas al ser el mismo director el que las ha traducido a sonidos en funciones casi paralelas de los Teatros Real y de la Maestranza: Pedro Halffter, autor, por si fuera poco, como consecuencia de un encargo de la dirección artístic...